Aumentan los fondos y bajan los depósitos

Como todos sabemos, los ahorradores más tradicionales han elegido siempre los depósitos como producto principal a la hora de rentabilizar sus inversiones. Con la llegada de las nuevas medidas impuestas a casi todas las economías europeas, todos los depósitos han perdido parte de su atractivo, es decir, la buena rentabilidad que me ofrecía el banco por prestarle unos meses mi dinero, sin riesgo alguno. Estos últimos meses, los depósitos han perdido parte del porcentaje que tenían en las inversiones de los españoles.

Y quienes lo han ganado son los fondos. Durante el año pasado, los fondos de inversión recibieron 23.200 millones de suscripciones netas. Dinero que ha salido de depósitos o cuentas corrientes para tomar posición en inversiones con más de riesgo y por tanto mayor rentabilidad.

El dinero de los depósitos, está garantizado por el Fondo de Garantía de depósitos hasta 100.000 euros, en el caso de los fondos, el banco es un intermediario que compra deuda, participaciones o aquellos productos acordados para formar parte de la cartera. Es decir que tu dinero depende de la evolución de esos productos y no del propio banco. Por supuesto hay carteras que pueden tener un alto riesgo y otras no tanto, dependiendo de los productos elegidos y de la solvencia y evolución prevista de los mismos.

La ventaja que tienen los fondos frente a los depósitos, es la posibilidad de diversificar tus inversiones y que esto te permita obtener una rentabilidad mayor. Lógicamente el depósito te ofrece una rentabilidad concreta y sabes exactamente que intereses obtendrás al final del plazo. Por otro lado, los fondos tienen unos gastos bastante más altos que los depósitos. Pueden generara gastos de compra-venta, de gestión, etc. 

La otra diferencia, quizás la más importante es en relación a fiscalidad. En el caso de los depósitos, tu tributas por los intereses generados, es decir que si contratas un depósito de 10.000 euros, y obtienes una rentabilidad de 200, tributarás el 21% , unos 42 euros aproximadamente. En el caso de los fondos es bastante distinto. A estar compuesto por participaciones, tienes que hacer la tributación en relación a su valor nominal. Pongamos un ejemplo:

Rescatamos del fondo 200 euros, el mismo importe de intereses que nos ha generado el depósito. Dependiendo del número de participaciones, calculamos el valor de una participación después del beneficio. Por ejemplo si la compramos a 10 euros, ahora en el momento de venderla valdría 10,2 euros. Calcularíamos el número de participaciones sacadas del fondo a raíz de este último resultado.  Dividiendo los 200 euros rescatados entre el valor de cada una, es decir, 200/ 10,2 = 19 participaciones. 

A partir de aquí restaríamos el valor de las 19 participaciones cuando las compramos y el valor en el momento de venderlas. (19×10)-(19×10,2)=3,8 euros de beneficio. A esto habría que hacerle aún el 21% para la tributación. Se pueden llegar a reducir la tributación hasta en 40 euros con un fondo.  Como idea general, los depósitos serán más rentables a corto plazo, y los fondos a largo plazo.

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