Antes de atrevernos a realizar este pequeño ejercicio de previsión de la evolución de la rentabilidad de los depósitos en lo que queda de año, vamos a retroceder en el tiempo para situarnos a comienzos del pasado año 2014, y revisar las previsiones que durante el año fueron realizándose por parte de los analistas, lo cual nos va a dar una visión de lo difícil que resulta aventurar nada (aunque lo cierto es que este año tenemos más y mejores pistas)
Corría el primer trimestre del año 2014 y la rentabilidad de los depósitos parecía seguir desplomándose desde posiciones como aquella media del 2% en los depósitos a 12 meses del verano anterior. Sin embargo, lo peor aún estaba por venir…
Durante el primer semestre del pasado año la rentabilidad continuó descendiendo, hasta situarse en medias muy alejadas de lo que se esperaba, y sólo recuperándose ligeramente a comienzos del verano en propuestas concretas como los depósitos bienvenida, o los depósitos a muy corto plazo.
En esel contexto, concluyendo el pasado verano 2014 nos preguntábamos, igual que este, como evolucionarían los depósitos durante el último cuatrimestre del año y cuál sería la entrada de los depósitos en 2015.
Por entonces el análisis fue unánime, digan ahora lo que digan, todos vislumbramos un aumento de la rentabilidad de los depósitos, ya que el análisis generalizado era que las rentabilidades ya habían tocado fondo: cuando se hablaba de rentabilidades medias del 1.50% en depósitos a 12 meses se consideraba imposible que está rentabilidad disminuyera.
Se hablaba de la necesidad de captación patrimonial por parte de las entidades para cumplir con los compromisos de pago, se hablaba de los movimientos del Euríbor, se hablaba del precio del dinero… y nos equivocamos todos. La realidad es que la media de la remuneración de los depósitos en la actualidad es prácticamente la mitad que la del año pasado en estas mismas fechas, que a su vez era la mitad que la rentabilidad en 2013.
Mal asunto
El asunto no pinta desde luego bien. Debemos tener en cuenta que cuando queremos acudir a las mejores rentabilidades hoy en día tenemos que hacerlo en depósitos de captación de nuevo cliente, nuevo dinero, y a muy corto plazo, y aun así es difícil encontrar propuestas excesivamente brillantes si no queremos asumir estrictas limitaciones en cuanto al volumen de la imposición, algo muy acorde con este tipo de depósitos bienvenida.
Decíamos que el asunto no pinta bien, la evolución del precio del dinero, que se está moviendo dentro de límites históricos en lo bajo, la propia evolución del precio de la deuda como señal, y, poquitas señales de mejora global de la economía europea que inviten a pensar que cerrar el año mucho mejor de cómo estamos a fecha de hoy, son elementos poco positivos desde luego para apostar por una posible mejora de las rentabilidades en los productos de ahorro.
Por otro lado, y aunque sea una cuestión más subjetiva en teoría, tampoco se ha producido ese tremendo trasvase de usuarios de depósitos a otros productos que se esperaba con la caída radical de la remuneración.
Al contrario, la contratación de depósitos ha ido en aumento a pesar del detrimento de su rentabilidad, contratamos más depósitos con menor rendimiento ahora que cuando mayor rendimiento ofrecían el pasado año… esto desde luego no pone a las entidades financieras en ninguna tesitura de tensión sobre la evolución en la captación de patrimonio a través de estos productos, siguen bajando y seguimos contratando.
¿Bajarán más?
Desde luego a lo que no apuntan es a subir mucho a pesar de la fuerza con la que parece que han entrado las cuentas de alta rentanbilidad. En todo caso podríamos ver pequeños movimientos de subida en propuestas concretas, y, de manera generalizada, probablemente una tendencia a mantener, a procurar no mover mucho la rentabilidad… obviamente todo esto se puede ir al traste en tan sólo un mes con un movimiento de mercado, lunes negro mediante, por ejemplo, los efectos sobre la renta fija y los depósitos no van a ser inmediatos, pero seguramente existirán.
Conclusión, cuatrimestre raro para los depósitos dónde, a pesar de no reinar mucho el optimismo, puede que veamos incluso movimientos de repunte de la rentabilidad, aunque, eso si, no van a ser espectaculares.