Cómo se calcula la rentabilidad anual de los depósitos

El panorama actual de los depósitos se ha visto duramente golpeado por la crisis económica y tanto los bancos como la sociedad en su conjunto buscamos la forma más segura de salvaguardar nuestros ahorros.

Lo que muchos desconocen es lo que los depósitos bancarios pueden ofrecernos como instrumento financiero de ahorro con el que el riesgo que se asume es mucho menor.

 

Los depósitos ofrecen ventajas tanto a inversores como a entidades financieras. Gracias al capital que el cliente deposita, las entidades pueden financiar las hipotecas, las tarjetas de crédito y los préstamos. Al mismo tiempo, y vencido el plazo estipulado, el ahorrador consigue una rentabilidad por el depósito invertido.

La rentabilidad que el cliente percibe vencido el plazo depende del tipo de depósito que haga. Hay depósitos que ofrecen intereses mensuales, trimestrales, semestrales o de vencimiento.

Ahora bien, para calcular esa rentabilidad primero hay que tener en cuenta los conceptos de TAE y de TIN.

La TAE nos dice qué intereses recibiríamos en el caso de que el depósito fuera anual y la TIN, los intereses que recibiremos en el periodo contratado. Únicamente coinciden si el depósito es anual y los intereses nos los entregan a vencimiento; en los demás casos, hay que hacer cálculos.

Calcular la rentabilidad anual

Centrándonos en un depósito de plazo anual en el que recibimos unos intereses mensuales, la rentabilidad del mismo habría que calcularla como en el siguiente ejemplo:

Mis intereses mensuales serían del 0,33%. Dividimos la TAE entre los 12 meses que dura nuestra inversión.  Ese 0,33% se transforma en 33 euros de rentabilidad que obtendría el primer mes, sumándose a mis 10.000 euros de depósito. Así, el segundo mes se volvería a rentabilizar el 0,33% de 20.033 euros y, así sucesivamente hasta pasados los 12 meses de vencimiento.

Es una forma en la que los intereses van generando más intereses.

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