Dentro de las diferentes opciones a la hora de contratar depósitos, aquellos cuya retribución se realiza en especie son una opción venida a menos aunque en ocasiones puede resultar interesante.
Se trata de depositos bancarios a plazo fijo en los que en lugar de remunerar la imposición con una cantidad pactada de antemano se nos propone una remuneración en especie, es decir, un objeto o producto determinado con un valor de mercado concreto.
Por supuesto no estamos ante una novedad dentro de la oferta de ahorro ni mucho menos, al contrario, los depósitos en especie son un clásico dentro de los productos de ahorro garantizados y en tiempos, de hecho, llegaban a comercializarse productos mixtos en los que se combinaba una parte de la remuneración en especie con otra parte en dinero.
Sin embargo, si echamos un vistazo al panorama actual en lo que oferta de depósitos se refiere, vamos a descubrir cómo los depósitos en especie se encuentran prácticamente desaparecidos de dicha oferta. Esto, como veremos más adelante, responde a diferentes motivos, pero sobre todo una nueva configuración del panorama de los productos garantizados en la que realmente los depósitos en especie tienen poco hueco.
En cualquier caso, aunque no se trate de un tipo de ahorro para cualquier perfil de ahorrador, por lo que ha representado y porque sigue siendo un producto interesante para determinar los ahorradores merece la pena detenerse en estos depósitos y conocerlos un poco más.
¿Te has preguntado si los depósitos en el extranjero merecen la pena? aquí encontrarás las respuestas.
Los depósitos en especie
Aunque es muy fácil comprender el significado de este tipo depósitos es probablemente para los ahorradores de una cierta edad más sencillo visualizarlos ya que, hace unas décadas atrás, estos depósitos se codeaban con los retribuidos con dinero.
En esencia, como ya hemos indicado, se trata de un plazo fijo a todos los efectos y con todas las características tradicionales un depósito, la única diferencia es que en este caso en lugar de proponerse un porcentaje de beneficio en forma de dinero a recoger. Capital, a la hora del rescate del capital aportado la remuneración toma la forma de un producto o servicio.
Hay que tener en cuenta que estos depósitos han modificado mucho los elementos de retribución en especie. En la actualidad se orientan lógicamente, hacia los productos de innovación tecnológica. Se mantiene también una preponderancia en la retribución en especie de productos relacionados con el bienestar y con el hogar, desde vajillas hasta menaje de hogar, mantelerías, o productos relacionados con el wellness.
Para que el lector más joven se haga una idea, no hace tantos años atrás era perfectamente posible encontrar imposiciones a plazo fijo con retribuciones como bicicletas, equipamientos deportivos, etcétera, algo que obviamente se ido modificando con el tiempo.
Qué valorar al contratar depósitos en especie
La valoración de un depósito en especie en el año 2017 tiene poco que ver con la que podíamos hacer en el año 1997 por ejemplo. Esto es así no sólo por la modificación del valor de la retribución de los plazos fijos, sino también por una nueva manera globalizada de entender los servicios bancarios y por extensión la retribución en especie. Hoy se hace difícil pensar en un plazo fijo que pueda retribuir con un producto de valor elevado como por ejemplo una bicicleta de gama media, algo que el daño no era excesivamente complejo encontrar, pero, es que, tampoco la figura del ahorrador que apuesta por este tipo de retribución es la misma.
El ahorrador actual busca una retribución más inmediata pero sobre todo más visible. Prefiere realizar una comparativa sobre bicicletas en Internet hasta localizar aquella que mejor se adapta a obtener una remuneración en forma de bicicleta, prefiere obviamente el dinero que está remuneración pueda suponer y no la obligación de acceder a un producto concreto, determinado y que no ha elegido.
Antes de contratar un depósito en especie en cualquier caso deberíamos tener en cuenta al menos cuatro elementos fundamentales:
- La imposición exigida para la contratación del depósito, estos depósitos van a exigir una cantidad mínima de imposición para poder acceder a la retribución en especie. Generalmente estas cantidades se convierten a la vez en mínimas y máximas ya que por encima del dinero exigido no existe retribución. Cuando existe se convierte en un producto mixto como ya hemos citado anteriormente aunque la retribución en dinero suele ser baja.
- Considerar el valor real de mercado de las retribuciones en especie. Esta es una cuestión fundamental que hoy en día de respuesta siempre atención. Nunca antes en la historia como individuos habíamos tenido tal acceso a la información comercial, esto significa que hoy en día nuestro nivel de comparar y poder elegir es infinitamente superior al de hace tan sólo 20 años atrás. Por tanto es básico conocer el valor real de la retribución que se nos propone en su precio de mercado justo, sobre todo porque este es el valor real de nuestro ahorro. Hay que recordar siempre que no se trata de un regalo por imposición, sino de una retribución que se convierte en otro modelo de rentabilidad.
- También hay que considerar la utilidad real de la retribución. Obviamente si lo que se nos ofrece es interesante desde el punto de vista del valor de mercado ya es un punto a favor para el depósito en especie, pero aun así, deberíamos siempre tener en cuenta su utilidad real si es que la tiene para nosotros. Esto es importante porque generalmente los márgenes de diferencia en cuanto al valor real y el valor de mercado que podríamos obtener vendiendo la retribución para ser escasos. De hecho casi siempre es más interesante considerar el ahorro que vas a obtener por no tener que comprar esa retribución en especie, es decir por acceder a una retribución en especie que realmente vas a usar.
- Tratar de conocer la posible revalorización o devaluación de la retribución también es un dato interesante que debería acompañar al anterior. Un producto de alta calidad o determinadas series limitadas pueden revalorizarse con el paso del tiempo y, efectivamente haberse convertido en una buena inversión a futuro ya que aumentará el valor. El otro vértice un producto sin capacidad de revalorización obviamente irá bajando su valor con el paso del tiempo.
Merece o no merece la pena contratar depósitos hoy en día, en este post reflexionamos sobre ello.
¿Merecen la pena los depósitos en especie?
Este es un debate más complejo ya que va a depender mucho del tipo de ahorrador que seas. Ya hemos visto como los depósitos en especie en general han caído en cuanto a cantidad de oferta, y también, como las retribuciones ya no son las mismas que antaño.
Sin embargo, para quien está acostumbrado a las imposiciones a plazo fijo, y un análisis de la retribución en especie y su comparativa con la retribución a un plazo fijo tradicional es positivo, puede resultar atractivo acceder a este tipo de depósitos. Más aún si se enfoca desde el punto de vista del ahorro que va a suponer y no tanto como del valor que se puede obtener en el mercado por la retribución.
Si se dieran las condiciones de interés a partir de las cuestiones anteriores, y en la comparativa entre el rendimiento de un depósito estándar al mismo plazo nos diera como resultado que la diferencia de precio de la remuneración en especie con respecto al precio de mercado, arroja un porcentaje superior en varios puntos al rendimiento en metálico del depósito estandar, la opción del depósito en especie puede estar justificada.
Hay que tener en cuenta sin embargo que, a diferencia de los plazos fijos tradicionales retribuidos con dinero, en los depósitos en especie la cancelación anticipada es prácticamente imposible. Esto es así porque en muchos casos se nos propone acceder a la retribución incluso antes del vencimiento del depósito, lo que significa que romper el contrato de imposición traería consigo una penalización en forma de abono por nuestra parte de la retribución, lo cual obviamente significaría directamente perder dinero. En todo caso en algunas opciones mixtas se los puede proponer una retribución mínima, muy baja, en caso de cancelación pero no es lo habitual.
Por último, desde el punto de vista fiscal, el tratamiento es el mismo que cualquier otro tipo de depósitos, sin embargo, al tratarse de regalos podemos llegar a pensar erróneamente que estamos exentos del pago de impuestos. Esto no es así, la rentabilidad de esta retribución en especie se considera partir del valor de mercado del artículo.