Los depósitos bancarios formarían parte de esa categoría de productos de ahorro que denominamos garantizados. En un contexto como el actual, de bajo rendimiento de los productos garantizados, al ahorrador le puede surgir la duda sobre qué cantidad sería la más adecuada destinar a dicho modelo de ahorro.
Hay que empezar señalando que no todos los usuarios tenemos los mismos perfiles de ahorrador, y, obviamente, no existe una regla general que se pueda aplicar al conjunto. Sin embargo, hay una serie de recomendaciones que siempre debemos tratar de tener en cuenta.
Una parte de nuestro ahorro siempre debe asumir poco riesgo
En muchas ocasiones habrás escuchado a los expertos decir que es necesario comenzar a ahorrar/invertir cuanto antes. Que, cuanto más joven comiences a ahorrar más riesgo puedes asumir ya que tienes un mayor plazo de tiempo para compensar la relación riesgo/rentabilidad.
Es cierto que cuanto más tiempo le dediquemos a consolidar una cartera de ahorro/inversión más posibilidades tenemos de que esta resulte rentable, es lo que se llama el efecto del interés compuesto. Pero, esto no significa que todo nuestro ahorro siempre deba dedicarse a entornos de riesgo.
Incluso cuando se empieza a ahorrar/invertir joven es importante que una parte de ese ahorro sea lo menos arriesgado posible. Esto se obtiene hoy en día a través de productos básicos como las propias cuentas a la vista (cuidado con las comisiones) u otros productos como los plazos fijos o seguros de ahorro.
Qué porcentaje de ahorro destinar a productos de poco riesgo o garantizados
En este apartado si podemos citar el tiempo como un elemento determinante a la hora de decidir el porcentaje que vamos a destinar al ahorro garantizado, o a inversiones asumiendo riesgo.
Y aquí podemos aplicar la regla que citábamos anteriormente utilizando como techo del ahorro el momento de la jubilación del ahorrador:
- Cuánto más lejos la jubilación mayor proporción de inversión en (por ejemplo) renta variable
- Cuánto más cerca la jubilación mayor proporción de inversión en productos garantizados
Tampoco en este caso hablamos de una ciencia exacta. De hecho, cada vez se habla más incluso del ahorro después de la jubilación. Sin embargo, es cierto que cuando se es joven y aún se dispone de años por delante para consolidar el ahorro, el hecho de asumir riesgo repartido en todo el tiempo que quiera para ahorrar o invertir, es mucho menos peligroso que hacerlo cuando el objetivo de la jubilación se encuentra cercano.
Aquí tampoco existe consenso a la hora de establecer porcentajes. Sin embargo, si estaremos la media de lo que diferentes analistas o profesionales manifiestan podríamos decir que entre los 25 y los 45 años se puede asumir una horquilla de producto de bajo riesgo que equivalga a entre el 15% y el 30% de nuestro ahorro aunque destinando gran parte de esta inversión se destinará a renta fija más que a productos garantizados que tendrán menos peso en la composición de la cartera.
Entre los 45 años y el momento de la jubilación se invierte el proceso. Hasta el 70% o el 75% del ahorro se destina a productos de bajo riesgo, pudiendo graduar lo que se envía a productos mixtos, o renta fija con la presencia de seguros de ahorro o depósitos bancarios.