Depósitos a plazo fijo
Los depósitos a plazo fijo han sido sin duda uno de los instrumentos de ahorro favoritos de los ahorradores en nuestro país. Una muestra evidente de esto la tenemos cuando aún hoy en día, con unas rentabilidades verdaderamente bajas, seguimos contratando un volumen muy elevado de depósitos.
Contratar un depósito aporta al cliente la seguridad de un producto garantizado, al menos hasta los 100.000 € en el caso de nuestro país, con una rentabilidad conocida de antemano. Este hecho, es decir, no asumir riesgos y conocer previamente la remuneración, sigue siendo atractivo para un perfil de usuario conservador con sus ahorros, que aún hoy en día sigue siendo mayoritario en nuestro país.
Sin embargo, poco a poco, el panorama de los depósitos a plazo fijo ha ido evolucionando obligado por las circunstancias. Ya desde hace al menos dos años la rentabilidad de los depósitos, no condicionada por imposiciones sino por la evolución de los mercados, es cada vez más baja, aplicando recortes sucesivos que han hecho que productos que hace tan sólo tres o cuatro años rentaban por encima del 4% hoy en día ni siquiera alcancen el 1% de rentabilidad.
¿Por qué los depósitos rentan menos?
La recomendación del Banco de España el pasado año de limitar las remuneraciones a los depósitos no fue sino la confirmación de una situación clara: la bajada de los tipos de interés y del precio del dinero, unida a la ralentización económica, hace que los productos garantizados comiencen a aumentar progresivamente el recorte a sus retribuciones.
Debemos pues medir la remuneración actual de los depósitos en función del contexto actual, entonces nos damos cuenta de que este rendimiento menor es relativo: en un contexto de deflación o desinflación con un IPC negativo y el tipo de interés tan bajo la comparativa de una rentabilidad del 1% por ejemplo, no resulta tan negativa cuando la hacemos contra una rentabilidad del 4% con el precio del dinero elevado y un IPC, por ejemplo por encima del 2%.
En cualquier caso el usuario medio está percibiendo este retroceso como tangible, en sus cuentas los depósitos ingresan menos dinero, lo que ha provocado una fuga notable en dirección a los fondos de inversión garantizados y de renta fija, que, recordamos, están obteniendo recaudaciones patrimoniales récord en estos últimos dos años, recuperando los números incluso de épocas anteriores al inicio de la crisis económica.
¿Qué depósitos contratar?
De una comparativa real de la oferta de depósitos actual, también entresacamos una tendencia a primar la rentabilidad en los depósitos a plazo fijo a corto y medio plazo en relación a los depósitos a largo plazo, proporcionalmente inversa esta tendencia a la que ya conocíamos de tiempos atrás, pero, lógica y coherente con la época por la que atravesamos.