Depósitos en el extranjero ¿merecen la pena?
Con la rentabilidad media de los depósitos en nuestro país por los suelos es lógico que muchos ahorradores hayan buscado otras opciones. Los depósitos en el extranjero son una de estas opciones, que además cuenta con una propuesta amplia y a tener en cuenta. Vamos a conocer algo más sobre cómo funcionan y cómo operan estos depósitos.
Colocar el dinero en depositos es uno de los módulos de ahorro financiero más extendidos y tradicionales en general, y concretamente en nuestro país. Sin embargo, la caída gradual de la rentabilidad en los últimos años, ha hecho que muchos ahorradores buscarán otras opciones. Desde la inversión a través de fondos, que ha crecido de manera notable en los últimos 10 años, hasta opciones que siguen apostando por productos de rentabilidad garantizada como los propios depósitos en el extranjero.
Obviamente esta es una decisión muy importante para las finanzas personales y que hay que meditar mucho, sin embargo, uno de los grandes obstáculos de estos depósitos en el extranjero es el desconocimiento que solemos tener sobre su funcionamiento, vamos a tratar de responder las dudas más habituales que surgen alrededor de estos depósitos.
Seguridad de los depósitos en el extranjero
La oferta de depósitos extranjeros al alcance del ahorrador español es amplia y variada, pero, hay que distinguir algunas cuestiones importantes.
La primera es que la seguridad de estos depósitos tiene mucho que ver con las propias condiciones de emisión y por supuesto con los países y entidades emisoras. Si se trata de un emisor radical a la unión europea con toda probabilidad, si opera de manera constante en el territorio nacional, estará supervisado por el banco de España y además, contará con la supervisión del organismo bancario gestor de su país.
En muchos casos los bancos emisores están sujetos a fondos de garantía de depósito muy similares al de nuestro país que, recordamos, cubre hasta 100.000 € como máximo del dinero que tengas colocado en depósitos. La gran mayoría de entidades que ofrecen depósitos en nuestro país y proceden del ámbito europeo se encuentran sujetas a este tipo de fondos o similares.
En otro lugar debemos situar a bancos emisores fuera del ámbito europeo. En este caso encontramos mucha disparidad en la oferta, desde aquellas entidades no reguladas y que por tanto escapan al control de los organismos reguladores en nuestro país, hasta la falta de fondos de garantía de depósito como respaldo. Importante, esto no siempre quiere decir que depósito que se nos ofrece sea una estafa o un producto no realista, simplemente que las condiciones son diferentes. Un buen ejemplo lo tenemos en emisiones de depósitos de bancos de Oceanía en los que no existe un fondo de garantía de depósitos pero, sin embargo, el importe aportado por el depositante queda cubierto por un seguro privado contratado a tal efecto.
En cualquier caso se trata de valorar siempre ofertas racionales, sabemos que los depósitos extranjeros ofrecen algo más de rentabilidad que los depósitos españoles, pero, si la rentabilidad que se nos ofrece es excesivamente superior a la media deberíamos ponernos en guardia. Sobre todo si esto ocurre desde una entidad de un país lejano, con poca trayectoria o desconocida.
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Contratar depósitos en el extranjero
Lo cierto es que hoy en día no es complicado acceder a depósitos en el extranjero, sobre todo los que operan de manera directa en nuestro mercado. Es muy posible que estas entidades no tengan oficinas presenciales en nuestro país pero, a través de los sistemas de oficinas en Internet es viable realizar las contrataciones.
Hay que recordar que, como en todo, si bien las oficinas bancarias en Internet son altamente fiables, antes de movilizar nuestro dinero debemos tener la seguridad de estar haciéndolo hacia un entorno seguro, fiable y protegido.
Los procesos de contratación son relativamente simples, partirán de la posesión una cuenta bancaria española que servirá como punto de lanzamiento del dinero que transferiremos a nuestro depósito en el extranjero. Antes de esto será necesario darnos de alta en la nueva entidad a través de las solicitudes de documentación habituales. Una vez dada esta alta será posible suscribir el depósito, aceptar las condiciones particulares y realizar la operación. No es extraño que se nos solicite la contratación de una cuenta bancaria en la propia entidad financiera emisora del depósito.
Obviamente antes de contratar los depósitos, independientemente de si son extranjeros o de entidades españolas, deberías cotejar la rentabilidad que te ofrecen unos y otros, y por supuesto las condiciones fiscales y los gastos que pueden llegar a suponer.
Ten en cuenta que la gran ventaja teórica de los depósitos en el extranjero es ofrecer una rentabilidad superior a la media de los depósitos españoles, algo que puede verse mermado cuando no existen acuerdos bilaterales de fiscalidad.
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La fiscalidad
Uno de los miedos de los inversores en el extranjero es la denominada doble tributación es decir, cuando debemos tributar por las ganancias tanto en el país emisor del producto como en nuestro propio país.
Realmente antes de nada deberíamos tener en cuenta si existen convenios bilaterales o no con el país de origen de la entidad que nos ofrecen depósitos ya que el funcionamiento será muy diferente que si no existen dichos convenios.
Cuando existen convenios
Cuando existen convenios bilaterales es posible que solicitemos a la entidad financiera emisora del depósito que no aplique retenciones sobre los intereses generados ya que el pago de los impuestos se realiza en el país de depósito, no en el país del banco.
Esto significa que transcurrido un año fiscal deberemos declarar los beneficios brutos obtenidos en nuestra declaración de la renta del mismo modo que si hubiera sido un depósito suscrito en una entidad de nuestro país, debiendo abonar el porcentaje correspondiente de IRPF.
Cuando no existen convenios
En este caso es cuando si se aplica la denominada doble tributación ya que el banco extranjero va a aplicar su retención correspondiente sobre rendimiento, y ésta no puede añadirse en la casilla de retenciones sino que deben indicarse en el apartado de deducciones por doble imposición internacional dentro de la propia declaración, o el apartado largo de las comunidades autónomas con régimen fiscal propio.
Las deducciones en función de las retenciones pueden ser de dos tipos diferentes:
- La deducción del importe pagado en el extranjero por el impuesto similar al IRPF o el impuesto sobre la renta de los no residentes.
- La deducción del importe que resulta de aplicar el tipo medio efectivo de gravamen sobre la base liquidable a la que se haya endosado el impuesto en el extranjero.
Cuestiones básicas a tener en cuenta antes de contratar un depósito en el extranjero
Existen una serie de elementos que resultan fundamentales antes de contratar una oferta de depósito en el extranjero aunque hay más cuestiones que debería siempre tener presentes éstas son simplemente básicas.
- Revisar a fondo la garantía que ofrece la entidad emisora, si pertenece a algún fondo de garantía, si se apoya en seguros privados o los requisitos de fondo que la entidad posee para garantizar la devolución de dinero en caso de quiebra.
- Revisar las opciones de cancelación anticipada. Es cierto que la gran mayoría de depósitos se van a comportan un modo similar al que lo hacen los depósitos españoles ante la cancelación, pero, es importante cerciorarse de que esto es así que no existen penalizaciones mucho más elevadas de la media.
- Analizar el efecto del cambio de moneda. Generalmente los depósitos más cercanos de entre la oferta de depósitos extranjeros son pertenecientes a la zona euro. Cuando no es así es muy importante que tengamos en cuenta el riesgo divisa que va a afectar a nuestro depósito. En el cambio de moneda asumimos el riesgo de la evolución del valor de dicha moneda en el momento de la realización del cambio, algo que no tiene por qué ser favorable y que puede entorpecer mucho el resultado final.
- Atender a elementos sociales, políticos y económicos. Una oferta de una rentabilidad muy superior a la media del mercado emitida por un banco de un país en situación compleja, bien desde el punto de vista político, social o económico, es un riesgo que hay que sopesar mucho antes de asumir. Analizar muy a fondo este tipo de ofertas es simplemente fundamental.