¿Depósitos o bonos?
Con la que está cayendo en la renta variable los últimos, días, el miedo a la renta fija que nos metieron algunos analistas en el cuerpo hace un par de meses y las dudas de unos bonos que se han emitido cada vez más cerca del 0% cuando no en valores negativos, el ahorrador de a pie es normal que se sienta confundido sobre que hacer con sus ahorros los próximos meses. Por ello es bueno empezar teniendo claro qué son los depósitos o que son los bonos?
Depósitos
Los depósitos a plazo son productos en los que se entrega una cantidad de dinero ahorrada a una entidad de crédito durante un tiempo determinado. Pasado ese plazo, la entidad se lo devuelve, junto a la remuneración pactada, los intereses, siempre teniendo en cuenta que se puede pedir un abono de los intereses periódico mientras dure la operación. Todos los depósitos de los bancos españoles más importantes están sujetos al Fondo de Garantía de Depósitos que cubre las pérdidas con 100.000 como máximo.
Los depósito a plazo incluyen la posibilidad de sacar dinero del depósito antes de que pase el plazo estipulado, a cambio de una penalización o de una comisión que el cliente deberá saber con anterioridad. Según el Banco de España, su importe no debe ser superior al de los intereses brutos devengados desde que se contrató el depósito hasta la fecha de cancelación.
También destacar los depósitos a la vista, del tipo cuentas corrientes y libretas de ahorro, en éstos el cliente puede disponer del dinero de forma inmediata sin ningún tipo de penalización. A cambio, la remuneración de los depósitos a plazo suele ser superior. Estos son los depósitos tradicionales, pero hay otros tipos de depósitos en los que la rentabilidad está vinculada a la evolución de un índice, al valor de una cesta de acciones o incluso a un acontecimiento futuro, depósitos que no permiten la cancelación anticipada o si la permiten es en unas condiciones muy distintas a las de los depósitos tradicionales.
Bonos
Los bonos son títulos de deuda emitidos por entidades bancarias (o el Estado), normalmente a medio y largo plazo, con el objetivo de obtener fondos para la propia entidad. Estos títulos se pueden vender en el mercado secundario, un mercado de “segunda mano” de activos financieros, sometido a la ley de oferta y de demanda. Como diferencia principal frente al depósito, el bono cotiza y genera precios del mercado diariamente, esto significa que su rentabilidad es variable, por lo que si queremos recuperar nuestro dinero antes de tiempo, nuestro capital se vende a los precios que del mercado, que podrán ser mayores o menores de los iniciales.
Los bonos tienen una inseguridad que los depósitos no, es lo que les hace más atractivos. Pero la rentabilidad es mayor. A mayor riesgo, mayor rentabilidad. La ventaja competitiva que ofrecen los depósitos frente a los bonos, también es que muchos permiten la cancelación anticipada en cualquier momento, aunque en algunos casos esté sujeta a penalización. Es decir, se puede disponer de la totalidad del dinero invertido o parte del mismo cuando se desee, siempre recuperando como mínimo la aportación inicial.
También te puede interesar
¿Dónde están los mejores depósitos? o Depósito NovoBanco (BES) 12 meses baja al 1.10%