¿Plazo Fijo con rentabilidad fija o creciente?
La tendencia general, hoy en dia, es resguardarse dentro de un tipo de rentabilidad que ofrezca una rentabilidad alta y segura. Los plazos fijos hoy cumplen esos requisitos para muchos ahorradores. Lo más común es contratar un plazo fijo con rentabilidad fija, pero pocos ahorradores usan una alternativa menos conocida obteniendo rentabilidad variable.
Los clientes que buscan un plazo fijo a rentabilidad fija presentan un perfil conservador característico de aquellos que no desean asumir los riesgos inherentes de una inversión a remuneración variable. No obstante, la remuneración va a ser uno de los factores de más importancia para un cliente. Lo habitual es que la remuneración se establezca a partir de un tipo de interés y que se abone al vencimiento del plazo, pero también es posible establecer el cobro periódico de intereses.
Los plazos fijos ofrecen un interés más elevado que el de las cuentas corrientes y de ahorro pero a cambio, obligan al cliente a comprometerse a no retirar los fondos de la cuenta durante un periodo de tiempo. Ambos elementos, dinero y tiempo, son establecidos al comienzo de la operación por el interesado y la entidad bancaria, que devuelve al final el ahorro depositado más los intereses correspondientes.
Entre los depósitos a plazo fijo de la banca no es difícil encontrar ofertas a largo plazo con rentabilidades crecientes. Pero ¿es realmente conveniente contratar este tipo de depósitos?
Los depósitos crecientes, son plazos fijos tradicionales con rentabilidades que aumentan a cada tramo que pasa, llegando al tipo más alto justo antes de su vencimiento. A través de ellos la banca fomenta que el cliente mantenga su dinero en la entidad hasta el final del plazo.
En cambio, los depósitos a tipo fijo ofrecen un tipo de interés que permanece inalterado durante el plazo del depósito.
En líneas generales, si tomamos un mismo periodo de liquidación de intereses, un plazo fijo con un tipo de interés estable es más beneficioso. Esto se debe a que liquida durante los primeros tramos una mayor cantidad de los intereses generados, ofreciendo antes la posibilidad al cliente de reinvertirlos en otro producto.
En el caso que el plazo fijo a tipo de interés fijo liquide intereses después que el creciente (por ejemplo si el plazo fijo liquidase a vencimiento y el creciente mensualmente), convendrá más contratar el creciente.
De esta manera, la elección de un tipo de interés fijo o creciente depende del periodo de pago de los intereses, ya que su importancia residirá en la posibilidad de la reinversión de los fondos generados.