Si analizamos la rentabilidad actual de los depósitos exclusivamente desde la visión del porcentaje de remuneración ofrecido pareciera que la pregunta que da título a este artículo no tiene sentido, sin embargo, estaríamos realmente haciendo un análisis un tanto parcial ya que compararíamos dos momentos de rendimiento de un mismo producto en dos contextos económicos muy diferentes como veremos a continuación.
En cualquier caso de lo que se trata es de situar en contexto tanto el momento actual de los depósitos como el momento que atravesamos hace por ejemplo tan sólo un año o año y medio, ya que, como veremos, las diferencias son lo suficientemente notables entre ambos contextos como para que esa supuesta gran brecha existente en la rentabilidad se transforme al menos en no tan grande.
Repasa en este post los depósitos con más rentabilidad
Se mire desde dónde se mire parece que los depósitos y su rentabilidad…
Está claro, percibir un 0.20% de rentabilidad sobre un depósito a 12 meses es menos que percibir un 2.25% por la misma imposición, en el mismo plazo, con las mismas condiciones. Este sería el punto de partida inicial en el que nos movemos dentro de este análisis. Simplemente es un recordatorio de la realidad por la que vienen atravesando los depósitos bancarios.
Tras la derogacion de la ley Salgado impuesta en el año 2009, mediante la cual se sancionaba penalizando a los tipos extra, muy de moda por entonces, que buscaban ofrecer rentabilidades (aquí podrá haber algún ataque de añoranza) por encima del 4% de largo como gancho para la captación de capital por parte de las entidades financieras todos los analistas cometimos el error de valorar la posibilidad de un nuevo comienzo de recuperación de los depósitos, todos aunque ahora se reconozca más o menos, llegamos a pensar que efectivamente íbamos a ver un crecimiento de la rentabilidad coincidente con las necesidades de capitalización de las entidades financieras… pero, en plena euforia, cuando ya incluso comenzábamos a hablar del 3%, llegó la recomendación del banco de España, esta vez no era una imposición explícita inicialmente pero si una de esas recomendaciones que el organismo bancario central en nuestro país hace saber que… es decir tocó a rebato y las entidades financieras se prestaron a cumplir con las limitaciones.
¿Que te puede resultar más rentable un depósito o un alquiler?
El resto es historia, hemos pasado por caídas en las remuneraciones de más del doble de lo que hace tan sólo 12 meses se venía ofreciendo por los productos, asimismo, se ha producido una desbandada de plazos del tono de las ofertas de las entidades que ha reducido en mucho la oferta general de depósitos.
¿De verdad son menos rentables los depósitos hoy en día?
Aunque parezca un atrevimiento no es un asunto tan sencillo de dilucidar. Resultaría una tremenda reducción afirmar sólo basándonos en la remuneración que hoy en día ofrecen los depósitos que éstos son mucho menos rentables que hace un año; por poner un ejemplo muy simple, sería como comparar la relación del precio de una barra de pan y de una barra de pan hace 10 años (por estirar un poco los escenarios) sin analizar ambos costos dentro de un contexto no tienen comparación posible y diremos que la barra de pan de hoy es mucho más cara que la de hace 10 años, y en este caso tendríamos razón, pero en el caso de los depósitos aun también resultando razonable el asunto es más elástico.
Mejores depósitos a corto plazo
Desde un punto de vista cualitativo, es decir desde un punto de vista del rendimiento del depósito en relación al contexto no sólo no hay tanta diferencia sino que incluso no sorprendería saber que existen depósitos que son más rentables. Esta puede ser una afirmación discutible, sin embargo no se basa en cábalas sino en hechos:
El coste del producto en el peor de los escenarios sigue siendo el mismo, cuando no, se ha abaratado notablemente ya que durante el presente año los costes y las comisiones de los productos de ahorro han disminuido (mientras que los costos y las comisiones de productos de financiación se han multiplicado) por tanto, en el peor de los escenarios insistimos el producto sigue costando lo mismo que costaba hace un año.
La comparativa del precio del dinero es fundamental en este asunto, nos encontramos en un escenario con un mínimo histórico nunca la rentabilidad de los depósitos se había cruzado contra un tipo de interés tan bajo, de hecho, si estamos hablando del año 2014, veremos cómo hay momentos del año en el que este tipo de interés se encontraban el 0.75% y posteriormente en el 0.50% desde luego muy lejos del tipo actual y técnicamente favorables a la rentabilidad de los depósitos actuales por esta diferencia establecida.
Por otro lado, debemos poner en su justa medida el valor de las previsiones en relación a la inflación. En un proceso de desinflación, si siempre afirmamos que el objetivo inicial de los productos de ahorro garantizados es batir a la inflación, en la rentabilidad en los depósitos la comparativa con años anteriores también resulta favorable en este caso a los productos de ahorro en la actualidad.
Y a pesar de la rentabilidad de los depósitos…
En cualquier caso todo lo anterior, es decir, esta especie de justificación cualitativa de la situación actual del depósito, no deja de ser una parte más dentro de cómo se puede entender hoy en día la evolución de las imposiciones a plazo, lógicamente, desde el punto de vista del ahorrador medio no se trata de una evolución positiva en absoluto, es decir, al final contamos más lo que repercute directamente sobre nuestra cuenta corriente que los tangibles no tan visibles que influyen en el resultado.
No hay un futuro a corto plazo muy halagüeño para estos productos, llevamos acumulando caídas, en línea con lo anteriormente explicado que parece van a continuar durante el resto del año y muy probablemente a comienzos del año siguiente. La reactivación en todo caso vendrá dada por el reajuste de los tipos de interés y por las previsiones al alza en aspectos como la citada inflación.