La importancia de un depósito de emergencia que en un contexto de finanzas personales bien organizadas está fuera de toda duda. Pero, no siempre tenemos claro donde debe estar este depósito de emergencia alojado. Vamos a valorar los pros y contras de hacerlo en un depósito a plazo fijo.
Para empezar, debemos decir que ya hemos hablado en otras ocasiones en este blog de la importancia del fondo de emergencia. Por tanto, no nos vamos a detener en explicar lo que es más allá de decir que se trataría de un colchón económico, disponible, y que sea capaz de cubrir una cantidad determinada de meses sin ingresos asumiendo todos los gastos habituales. Generalmente se considera que un fondo de emergencia correcto equivaldría a seis meses de gastos.
¿Dónde alojar un fondo de emergencia?
Si hemos sido capaces de ahorrar lo suficiente como para crear nuestro fondo de emergencia, probablemente, en el proceso de creación hayamos tenido dudas sobre dónde alojar el dinero. Al ser un proceso, generalmente habremos optado por una cuenta a la vista. Pero, una vez reunida la cantidad, es importante tomar decisiones sobre qué hacer con ese dinero.
Vamos a descartar, de manera inmediata, el guardar el dinero bajo el colchón. Como hemos repetido en múltiples ocasiones, el dinero inmovilizado genera pérdidas. Solamente el avance de los precios hace que el dinero inmovilizado pierda poder adquisitivo, por lo tanto, aunque sólo sea desde una perspectiva de no perder poder adquisitivo, debemos tratar de colocar nuestro dinero del fondo de emergencia.
Y, la primera premisa, es que tiene que ser un entorno seguro, que no ponga capital en riesgo, y la segunda premisa es que tiene que ser un entorno líquido que nos permita disponer de nuestro dinero del fondo en caso de necesidad.
¿Son los depósitos adecuados para albergar un fondo de emergencia?
En circunstancias normales, es decir, hace tan sólo seis o siete años, diríamos que no. El motivo es que, aunque los depósitos cumplen con la primera clave, es decir son seguros y garantizan el dinero, ya que un fondo de emergencia rara vez va a ser superior a los 100.000 € que protege el fondo de garantía de depósito, no tienen liquidez. O, peor, la liquidez puede suponer la pérdida de rentabilidad, con lo cual el producto pierde poder adquisitivo de nuevo.
Sin embargo, en el contexto actual esto es, cómo discutible. En primer lugar, pensemos que una cuenta a la vista a una cuenta de ahorro que es la alternativa más habitual, generalmente o llevar comisiones aparejadas o nos va a obligar a determinada vinculación para no tener comisiones. Por otro lado, las cuentas de ahorro en la actualidad no proporcionan rentabilidad, peor aún, la tendencia es que aumenten las comisiones.
En ese contexto, puede ser que mantener en una cuenta bancaria nuestro fondo de emergencia no sólo no nos proporcione rentabilidad, sino que también nos proporcione pérdida de valor o costes.
Si, los depósitos a un año, como hemos visto hace poco en este blog, continúan esa pequeña escalada que les ha llevado a aumentar los intereses, se convierte en una herramienta atractiva para guardar un fondo de emergencia. En primer lugar, porque un plazo de 12 meses es más que razonable para no tener que utilizar el fondo de emergencia, y, en segundo lugar, porque la pérdida de intereses en el peor de los casos, el de un rescate anticipado, no sería superior a los costes de media de las comisiones, o incluso, podría resultar favorable dependiendo del momento del rescate.
En definitiva, no es una decisión sencilla, pero hoy en día es viable contemplar los depósitos bancarios como una herramienta en la que guardar nuestro fondo de emergencia.